VERSIÓN LIBRE SOBRE LA PRIMERA PARTE DE

 

“2001 UNA ODISEA EN EL ESPACIO”

 

Y LA ESCENA FINAL DE “EN BUSCA DEL FUEGO”

 

 

 

 

 

1º) Introducción

 

 

 

Imaginen la situación, hace mucho tiempo, millones de años, amanece el Sol, creador de la vida, rojo y espléndido, protector del día en contraposición a las tinieblas de la noche, hace un día despejado en un paraje desértico donde evidentemente hay escasez de agua.

 

Observemos a un grupo social de humanos–mono muy primario, todavía no utilizan palabras son herbívoros y se comportan como tales, así los conflictos entre ellos o con los tapires con los que conviven (y a los que imponen su voluntad) los resuelven rápidamente con conductas agresivas limitadas a gruñidos y ligeros pescozones que denotan sus estados de irritabilidad y accesos de rabia.

 

Cuando sufren la agresión de algún carnívoro depredador huyen en grupo gritando de miedo y abandonando a su suerte al compañero atacado que presenta pobres recursos defensivos y ninguno agresivo, solo se muestra aterrado, aunque algunos a una distancia prudencial observan con tensión los avatares de la batalla perdida.

 

Ahora imaginemos que se encuentran solos entre unos montículos y en un terreno lleno de piedras y rocas alrededor de un charco de agua, que es su recurso vital más preciado y del que aparentemente no participan ni los tapires ni ningún otro animal.

 

De entre las piedras y las rocas aparece otro grupo de humanos-mono que evidentemente quieren tomar el agua, una sensación de alarma e inquietud recorre a nuestro grupo, gesticulan ostentosamente, se mueven, y se revuelven rápidamente en poco espacio. Todos gritan, en algunos los gritos delatan el miedo a perder el agua y se observa cierta fragilidad porque tienen las de perder. Los extraños gritan agresivamente, llevan ventaja ya que no tienen nada que perder y mucho que ganar (el agua). El hombre-mono más capacitado para la supervivencia (y por tanto el más valorado por el grupo) se adelanta mientras que también lo hace el líder del grupo de extraños, que se muestra tremendamente agresivo, y por lo observado hasta ahora es la primera vez que esto les ocurre.

 

 

 

2º) Los Hechos

 

 

 

Como en una película montada por flashes con cambios bruscos cualitativos, nuestro actor siente alarma por perder el agua, su miedo se transforma en pánico cuando oye los gritos del rival porque siente que el problema es de máxima importancia, evidentemente es de vida ó muerte. Entonces instintivamente desvía su atención hacia su gente para encontrar protección y vuelve a sentir otro miedo devastador, el vértigo del vacío que afecta directamente a su integridad, provocado por el agua, su gente y la responsabilidad que tiene hacia ella, pero con el apoyo que siente en las miradas y gritos que le dirigen sus compañeros en los que encuentra su confianza hacia él (el único que puede sacarles las castañas del fuego), este miedo baja en intensidad recuperándose del abismo del vértigo y su instinto de protección de la vida, ahora por la suya y la de su gente que reafirma su instinto, vuelve a actuar en él y entonces encuentra el valor, lo que le ha dado la responsabilidad y la confianza del grupo, en la justa medida de las posibilidades que tienen.

 

Ahora siente la rabia que le produce perder el agua, grita agresivamente, y los gritos del rival ya no le provocan miedo sino más rabia porque le invade un sentimiento de odio hacia él. A su rival también le ocurre lo mismo y la rabia sube en intensidad rápidamente, mutuamente retroalimentada por cada uno de sus gritos. Simultáneamente ambos pasan de la rabia a la furia, sienten (por primera vez) como un rayo de mucha energía se gesta en sus entrañas sube por sus estomago, pulmones, garganta, nariz y cerebro (entre los ojos) y una luz roja irresistible les ciega su cabeza con una sola idea, una certeza terrible, ambos saben que lo que tienen que hacer es matar. Y esta tremenda situación produce que se les iluminen los ojos con una luz asesina, se aceleren sus corazones hasta que, por fin, sienten el arrojo suficiente para lanzarse a su encuentro mortal, los dos al mismo tiempo.

 

La acción es rápida, trepidante, apenas dura tres segundos, y la tensión de la propia acción y del problema (de vida ó muerte) está presente con continuos cambios durante ella:

 

Nuestro actor se da a la acción y al primer paso, el del arrojo, siente de nuevo el vacío por su inexperiencia en estas lides con una terrible evidencia, no sabe qué hacer, y este problema cognitivo le produce una turbadora inseguridad interior que hace que su atención se desvíe de la ira violenta y esto lo expresa apartando su mirada erráticamente de los ojos del rival y en esto (lo casual, el azar) algo llama poderosamente su atención y hace que fije de nuevo su vista observando unos huesos que están en el suelo donde hay uno largo y ancho por un extremo que le transmite una fuerte atracción física (entre él y el hueso) porque le emite un intenso mensaje de poder (de valor y de fuerza).

 

Ya no siente directamente la tensión de la ira violenta que emana su enemigo ni la inseguridad de su vacio ante la acción, todo ha quedado paliado por la profunda curiosidad que le produce la contemplación del mensaje que le emite la otra forma de la muerte. No la intensa, brutal (salvaje) e instantánea anterior, sino la inerte, sosegada (incluso placida) y eterna de lo que sabe lo que es ahora y sabe lo que fue, lo que ya no es, (los muertos, los que conservan la memoria de lo que ocurrió hasta ahora), y se suceden vertiginosamente las imágenes en su mente en las que recuerda el ataque del depredador a su compañero y sus sueños liberadores de su angustia vital (ser comido) en los que resurgía (hasta despertarse) de su terror identificándose en si mismo las señas de identidad de los depredadores, sus armas, los colmillos, sus garras, ... .

 

De repente, de lo más profundo y oscuro de su mente, surge una idea clara y transparente que rápidamente toma cuerpo con mucha intensidad, es la certeza (la idea-verdad):

 

 El hueso es su garra.

 

 A continuación emergen sucesivamente en su cerebro dos nuevas certezas, sabe que esta verdad es la clave (la herramienta) para la resolución del problema y además sabe que esta idea-verdad es lo único que le queda y tiene (lo más leal).

 

Entonces coge el hueso con su mano derecha por el extremo estrecho, con la seguridad del que sabe lo que está haciendo y no está equivocado, sintiendo la confianza de que llegará a buen fin, de tal manera que la certidumbre inunda sus emociones con su luz clara que le despeja de la ceguera de su furia y le libera de toda la tensión, miedos e inseguridades que le ha acarreado la acción y el problema. Y mientras esta nueva y poderosa sensación de claridad continúa y se expande en su interior, disfruta intensamente sintiendo como fluye la acción, ya que:

 

 Siguiendo la luz que le dan las ideas-verdades que tiene, va sabiendo lo que tiene que hacer y lo hace con una facilidad y limpieza que es como si ambas cosas, saber y hacer, fuesen una única acción.

 

 Así, se yergue mientras sigue dando pasos ágiles (en ningún momento ha parado) hacia el rival y su mirada torna de nuevo para observarle los ojos. Ahora los percibe furiosos pero eso le es ajeno a él (le pasa al otro), ya no le afecta, se siente frío al observar lo que antes le hacía arder, siente que su luz clara y protectora es más poderosa que la otra, roja y asesina, y de nuevo surge otra certeza, el objetivo que tiene que atacar esta precisamente allí (de forma precisa, en el centro de la zona de los ojos, con su equilibrio y simetría). Mientras, estira su cuerpo hacia arriba arquea su espalda, respira profundamente (hasta el estomago), hincha el pecho y torna su brazo derecho (el de la garra) hacia su espalda. Y en ese momento llega a situarse enfrente de su rival girando su brazo derecho a gran velocidad (mientras expira), dándole al actor rival un fuerte golpe en la mitad de su cabeza con el extremo más ancho y pesado del hueso (en una perfecta interpretación de lo que hacen los felinos cuando atacan con sus garras de arriba a abajo).

 

 Este se derrumba, grita de dolor y se aparta a una prudente distancia, está dolorido, atontado, sorprendido y asustado. Tarda en reaccionar a su dolor, confusión y miedo, para volver a gritar agresivamente, por aquello de su autoestima, y se retira junto con su grupo arrastrando el problema (el agua, una oportunidad perdida) más el miedo y la sorpresa hacia el impresionante poder que mostró su rival.

 

 

 

3º) Las Consecuencias

 

 

 

La satisfacción y sobre todo el impacto que tiene la resolución del conflicto entre los miembros del grupo es evidente, se ha producido una catarsis serena. Para ellos es como si de repente hubiesen pasado del día con su Sol protector que es capaz de matarlos de sed, a una noche serena y de Luna llena, ya no están en el charco de agua, su bien más preciado hasta ese momento, sino en el refugio a cielo abierto que tienen por casa. Se han despertado tomando conciencia de que en el centro de su hogar ha aparecido su nuevo bien más preciado: un monolito de piedra pulida que representa la integridad que necesitan para valerse por sí mismos (duro y compacto como una piedra y pulido por uno mismo), que es negra como la oscura, enigmática, maravillosa y cruda realidad exterior e interior por las que se han de bandear ellos solos (las tinieblas de la vida y la muerte en donde se ha creado esta nueva situación), brillante como la luz propia que necesitan para abrirse paso en la oscuridad (la luz de su inteligencia), y que tiene forma de ortoedro, forma que tocan con precaución en un principio y con una intensa fascinación después, provocada sobre todo por la pureza de sus aristas y la textura pulida y brillante de sus caras.

 

Además observamos que en la vertical del monolito aparezcan dos Lunas donde la más cercana está llena, mientras que la alejada está al principio de su fase creciente, y ellos desde la base del monolito (al que siguen tocando sus aristas y superficie) las ven alineadas con la parte superior del monolito mientras la llena tiende a ocultarse por detrás del monolito y la nueva-creciente apunta al cenit de él. Evocando el brillante final de un ciclo en la historia de la evolución biológica y el comienzo de otro ciclo cuyo final se contempla en la Luna más alejada.

 

Y es que se entiende que su catarsis serena en torno al monolito no está producida por haber conservado el agua y por tanto la vida, sino porque había pasado algo más importante (incluso que su propia vida):

 

El hombre de más valor (el elegido, el salvador) había hecho una cosa nueva, nunca vista, impresionante y de mucho poder ó valor, era capaz de resolver fácilmente problemas vitales que antes tenían una incierta resolución o sencillamente no tenían solución. Por lo tanto, sienten que algo mágico, trascendente, ha sucedido y está sucediendo, y que ya nada será como hasta ahora, porque a partir de ahora ellos van a tomar la iniciativa ante sus problemas. Y es cierto ya que se ha producido un salto cualitativo en la historia de la evolución:

 

 El hombre utiliza herramientas.

 

 Mientras tanto el actor, solo, sentado encima de una roca al lado del monolito, observa y contempla la Luna llena (su nueva luz, la suya, no la externa y protectora del Sol) sobre la que pasan tenuas nubes negras (las tinieblas y veladuras presentes en la realidad y que atraviesa con su luz). Tiene una tranquilidad profunda, se siente en conexión con el cosmos y protagonista de él, ya que le ha ocurrido algo íntimo especial, algo único (el elegido). Sabe que lo que más valor tiene de todo de lo que ha pasado no es el agua, ni su valor demostrado, ni su éxito en la acción, ni siquiera su herramienta y el poder que ha obtenido con ella (asuntos que le enorgullecen y también alimentan su vanidad).

 

Lo más importante era el vehículo que le llevó a la conexión cósmica, en la que se sentía limpio de todo sentimiento de interés propio (el interés: los anhelos, los deseos y las necesidades de uno), porque lo transcendente había sido esa luz en la mente (el iluminado) y esa exactitud en la acción (el héroe), que le había dado la certeza (la idea-verdad, lo más preciado e íntimo producido en su interior) en todos los momentos de la acción. Y lo ama, lo quiere mucho, lo quiere tanto que quisiera que le ocurriese todo el tiempo (de nuevo el interés propio, el humano en la tierra, el iluso cósmico). Ya que:

 

 Lo que quiere y desea es saber y hacer.

 

        Por último, analicemos los hechos en toda su amplitud y observemos que todo ha ocurrido gracias a una maravillosa conjunción espacio–temporal en el que el grupo y el actor (ellos) se encuentran en el mismo sitio y en el mismo instante con el agua (el bien vital más preciado), el enemigo (que lo quiere robar), el problema (de vida o muerte), el osario (la memoria histórica), el hueso (la herramienta, que está en la memoria y la imaginación) y la certeza o idea-verdad (la intuición o razón), lo que ha echo que cada individuo se sienta en conexión cósmica con el universo como miembros de un grupo especial (los elegidos). El clan familiar, la tribu, el pueblo, la nación, la raza, la especie animal escogida, la que está por encima de los demás, la que tiene la conexión cósmica. Así ellos son los que van a saber resolver sus problemas cognitivos y a actuar con sus herramientas con las que se procurarán su protección y esto les dota de una gran tranquilidad y serenidad en su catarsis colectiva, porque en definitiva lo que ha ocurrido ha sido la creación de un nuevo ente:

 

La especie humana, la humanidad.

 

 

 

4º) Las Conclusiones

 

 

 

Pero observemos las escenas que forman la secuencia final, es de día, que es su medio natural, y el actor se encuentra golpeando con su hueso a los otros huesos, lo hace de forma ritual y repetitiva aumentando su concentración en lo que está haciendo siendo cada vez más preciso y fuerte en sus golpes hasta que imagina escenas en las que recuerda la perspectiva del monolito (su vehículo o clave del conocimiento) con las dos Lunas y a continuación prevé como caza un tapir y lo derriba justo en el clímax que se establece entre su imaginación y su acción física, y en ese preciso momento da un golpe al cráneo del tapir que hay en el osario y este estalla en múltiples huesos que salen despedidos volando por el aire incluida su herramienta que es la que vuela más alto, hasta cruzarse por delante del Sol.

 

Pero aunque al comienzo de la acción presenta una actitud distraída y deslavazada ¿Cuál es la razón por la que va adquiriendo una actitud más implicada y transcendente?.

 

Puede que sea porque se entrena con sus herramientas en la acción que le va a dar el poder que necesita para resolver sus problemas vitales, o porque ellas vayan a ocupar el lugar del Sol, es decir, como las herramientas protectoras que también le pueden matar, (tal y como sugiere la escena final y luego se desarrolla en la película).

 

 O porque lo que está haciendo es aprender a matar (la terrible solución del problema), salto cualitativo crucial en la evolución humana y que a partir de estos momentos no olvidará jamás, y marcará profundamente su existencia en este ciclo, sobre todo por la confrontación entre las dos formas que va a combinar para hacerlo: La emocional de la ira, roja, caliente y asesina (la que mata todo), y la inteligente, clara, fría y quirúrgica (la que mata lo necesario y, como en la película, a poder ser nada, ni la autoestima de su rival).

 

Aunque yo me inclino a pensar que es porque sabe (por supuesto, todo esto inconscientemente y es que por no saber no sabe ni hablar) que fue en la acción psicológica y física donde obtuvo la certeza, y por tanto considera que:

 

ES EN LA ACCIÓN DONDE SE ENCUENTRA LA REVELACIÓN.

 

 Pero lo que sí os puedo asegurar, y lo digo porque también me pasa a mí, es que está convencido por todo lo que le está sucediendo, de que:

 

En esta oscura, impresionante, maravillosa, cruda e impredecible realidad, lo que ocurre en el fondo es:

 

EL MISTERIO.

 

 

 

 Nota final:

 

Revisando el documento me he dado cuenta que no he explicado el significado de la forma ortoedrica del monolito, forma de la que, por otra parte, describo las fuertes impresiones que produce a los miembros del grupo y el actor.

 

La contestación es inmediata, el ortoedro es una forma geométrica y por tanto matemática, y para los griegos, que fueron los que inventaron el concepto, Matemáticas significa literalmente:

 

LO QUE SE SABE.... .

 

 

 

 

 San Sebastián, treinta y uno de Agosto del año 2001

 

Kaniger